viernes, 21 de enero de 2011

my unknown

Sólo me ronda una pregunta por la cabeza, ¿por qué?
¿Por qué si pierdo mi tiempo, la noche, mi risa, mi alma, contigo,
no me puedo fiar de ti, no sé quién eres,
quién se encuentra al otro lado del espejo?
¿Qué sucederá en quince días? ¿Seguirás vivo, o estarás ya muerto para mí,
ahogado en el vacío verde,
escondido de nuevo entre la gente,
volviendo a mi memoria como algo absurdo,
ahogado, muerto, en el olvido forzoso?

¿Es esto la ley de la jungla? ¿Uno de los dos tiene que ser el pez grande,
el que se come al pequeño?
¿Nada nos iguala? ¿Ni la muerte,
ni la lluvia que cae sobre nosotros
como chispas frente a la luz de las farolas, de los faros de los coches?
Y si somos unos traidores, unos rastreros,
unos ladrones,
si somos tan egoístas, tan fríos, tan químicos,
si tan sólo soy un animal solitario,
¿por qué estas arrancando una parte de mí?

martes, 28 de diciembre de 2010

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Sé que te me escaparás, como se escapa un bebé nervioso de los brazos de un desconocido, como se escapa un perro por el pinar cuando le liberan del ahogo de su correa, como se escapa un preso desorientado en la noche ante la mirada indiferente de la luna.

Sé que te me escaparás, te perderé por alguna insulsa página de internet, tu alma, tus ganas, tu historia, pararán a morir a algún servidor abandonado desde 1996, a alguna encantandora persona artificial que te prometa una vida menos asquerosa que la realidad que te rodea, venderás tu alma al Gran Hermano, que lo sabrá todo sobre ti, mas nada sabrás tu de él; te buscaré, y no te encontraré, aunque descienda y descienda a lo más profundo del abismo cibernético.

Y yo miro, abúlica, por la ventana, cómo el naranja del cielo de otoño me insulta, cómo las últimas hojas del árbol caen sobre el estanque cutre plagado de palomas sucias, cómo los niños disfrutan, inconscientes, de los últimos años de su infancia, mientras me ahogo pensando, en este somnoliento domingo por la tarde, en que te me vas y no vuelves.